Pequeños placeres de la vida… Pocos planes hay mejores que salir a caminar sin prisas, sentir la brisa marina y el calor del sol en la cara, tomar fotografías espectaculares, darse un chapuzón en una cala recóndita y acabar la mañana tomando un buen vermut en una terraza junto al mar.
Si te hace este plan, muy cerca de Barcelona, entre Sitges y Vilanova i la Geltrú, existe un atractivo tramo de costa que puedes recorrer fácilmente a través de un antiguo camino de ronda. Se trata de la Ruta de las Calas del Garraf, un itinerario que sigue parte del camino de gran recorrido GR-92 a través de bellos paisajes marinos que combinan puntas, acantilados, pequeños cabos y calas tranquilas y aisladas.
Ni siquiera hace falta coger el coche, ya que por ejemplo desde Barcelona puedes llegar fácilmente en tren hasta Sitges en poco más de media hora. Si estás pasando unos días en Sitges, es una excursión perfecta que puedes hacer en solo medio día.
Por Laura Rangel | Periodista
Gran parte de la costa catalana está surcada por pequeños senderos que discurren paralelos al mar, atravesando hermosos acantilados y descubriendo recónditas playas. Conocidos como caminos de ronda, deben su nombre al uso que se les daba originalmente. Antaño, estos senderos eran recorridos por guardias y contrabandistas: unos hacían la ronda vigilando que ninguna nave desembarcase a escondidas sin pagar los impuestos de aduana, los otros los utilizaban para introducir mercancía de estraperlo.
Tras décadas en desuso, estos caminos de ronda han sido recuperados hoy como rutas ideales para senderistas con poca experiencia, fotógrafos aficionados y amantes de la naturaleza.
El tramo que va desde Sitges a Vilanova i la Geltrú es muy sencillo y tiene poco desnivel. Discurre paralelo a las vías del tren y ofrece el atractivo de divisar constantemente la línea de costa, con miradores privilegiados para descubrir el agreste litoral de esta zona de la comarca del Garraf. Los instagramers y tiktokers disfrutarán tomando espectaculares panorámicas. ¡No olvides compartir tus fotos con nosotros con el hashtag #VisitVilanova!
Partiendo desde la estación de la Renfe en Sitges, cogemos alguna de las calles que bajan en dirección al mar hasta alcanzar el paseo marítimo. Una vez allí debemos empezar a caminar en dirección sur, hacia la derecha, dejando a nuestras espaldas la emblemática iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla, una de las imágenes icónicas de Sitges.
Si madrugamos lo suficiente, podremos disfrutar de la inusual imagen de unas playas desiertas, muy distintas sin las multitudes que las abarrotan en los días de verano. En el mismo Passeig Marítim, un poco más adelante, veremos a nuestra izquierda la playa de las Anquines, que forma una pequeña bahía.
Antes de llegar al final del paseo hay una escaleras que bajan hasta la playa de Còdols y a la Riera de Ribes. Aquí ya debemos buscar las líneas roja y blanca que señalan el itinerario del GR-92, que es el camino de gran recorrido que seguiremos durante toda la ruta.
Tal y como su nombre indica, la playa de Còdols (guijarros en catalán) es bastante pedregosa. Atravesar la Riera de Ribes no supondrá ningún problema. Habitualmente está seca o lleva apenas una lámina de agua.
Una vez hayamos cruzado la riera, seguimos caminando y dejamos a la derecha el Club de Golf Terramar. En pocos minutos pasaremos ante lo que queda de la antigua discoteca Atlántida, ahora abandonada. Como curiosidad, en su aparcamiento se ha hallado una necrópolis romana.
En este punto el sendero empieza a ganar altura para sortear un pequeño cerro que las vías atraviesan por un túnel.
Camino de ronda de Vilanova i la Geltrú: Unos paisajes que poco tienen que envidiar a la Costa Brava.
Entre la punta de les Coves y Desenrocada, la idílica cala de L’Home Mort es un lugar ideal para lograr un bronceado perfecto sin marcas. La Playa de l’Home Mort en concreto es una histórica playa nudista de ambiente LGTBI que fue una de las primeras en todo el mundo cuando empezó a practicarse en ella el naturismo en los años 30 del siglo pasado. Está rodeada de acantilados, pero si bajamos durante la temporada de baño podremos disfrutar de los servicios del chiringuito.
Cuevas Prehistóricas. Con mucho cuidado, desde la punta de les Coves podemos bajar hasta una pequeña cala de guijarros y entrar en alguna de las cuevas que le dan nombre.
Con mucho cuidado, desde la punta de les Coves podemos bajar hasta una pequeña cala de guijarros y entrar en alguna de las cuevas que le dan nombre. En una de estas cavidades se han encontrado uno de los restos humanos prehistóricos más antiguos de Catalunya: una mandíbula de hombre de Neandertal de entre 100.000 y 40.000 años de antigüedad.
Tras la Platja de l’Home Mort, subimos un pequeño repecho hasta llegar a un cruce de caminos. Nosotros seguimos por el que indica 4 kilómetros hacia Vilanova, por el “corriol costaner”. La población ya está visible a lo lejos, y desde este punto también tendremos unas vistas estupendas de la Cala y de la Punta de l’Home Mort.
Momentáneamente dejamos la vía del tren para alcanzar la Punta Grossa. A partir de aquí bordeamos la cala Xica y volvemos a la línea férrea.
Seguimos el sendero y pasamos por detrás de la casa conocida como el Chalet de la Sal, justo antes de la Punta Llarga. Aquí volvemos a alejarnos un poco de la vía para disfrutar de las vistas de un nuevo mirador.
Ya llegamos al inicio de Vilanova. Seguimos las marcas del GR-92 hacia el centro a lo largo de la calle Pujada del Far de Sant Cristòfol, flanqueada de algunas bonitas casas de indianos.
Se llega a la Ermita de Sant Cristòfol, que ya aparece en documentos del siglo XIV y también da nombre a la playa situada frente a ella. Podemos bajar a la arena por unas escaleras para divisar el búnquer de Punta Mabrera, un antiguo nido de ametralladora desde el que se protegía Vilanova durante la Guerra Civil.
Junto a la orilla del mar, el actual faro de Sant Cristòfol data de 1905 y actualmente alberga el Museu del Mar de Vilanova i la Geltrú y el Museu de Curiositats Marineres Roig Toqués. Recibe el nombre de Espai Far y dentro podemos admirar su colección de fotografías, maquetas de barcas, artes de pesca, etc.
Incluso aunque no visitemos el museo, vale la pena acercarse al jardín, donde hay hélices, anclas, restos de naufragios… Es un agradable lugar con sombras, árboles y césped, perfecto para descansar ya al final de nuestro recorrido.
Podemos completar el día dando una vuelta por el paseo marítimo, el poblado ibérico del Adarró o el Parque de Ribes Roges, donde los domingos por la mañana funciona un trenecito tripulado que hará las delicias de los más pequeños.
Si nos quedan energías, en Visit Vilanova encontraremos todo tipo de actividades deportivas, experiencias y turismo slow.
En el puerto, hay que probar las deliciosas gambas de Vilanova, un xató o un dulce vino de malvasía en los restaurantes El Nàutic, Macot o 1918 Cuina de Mar
Si queremos volver a Sitges podemos hacerlo caminando o en tren. La estación de Vilanova se encuentra en la Plaça Eduard Maristany, y justo al lado se encuentra el espectacular Museo del Ferrocarril, una visita ineludible.
El camino no tiene prácticamente ninguna sombra, por lo que en verano o primavera es indispensable llevar gorra, gafas de sol, agua y crema solar. El bañador y la toalla son opcionales, ¡pero nosotros no saldríamos de casa sin ellos!
El itinerario es fácil pero transcurre sobre asfalto, senderos, rocas, arena y tramos probablemente húmedos, por lo que recomendamos evitar las chanclas y optar por un calzado más seguro.
Tened en cuenta que a lo largo del camino solo hay un chiringuito, el de la Cala de l’Home Mort. No está de más llevar algún pica-pica energético o incluso comida para hacer un buen pícnic en alguna de las calas.
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Fuentes:
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